lunes, 28 de diciembre de 2009

Navidades con sabor alemán

Este año la Navidad, época en la que acostumbramos a reunirnos con la familia, la hemos pasado fuera de casa.... en casa.  En nuestra nueva casa. Con nuestra nueva familia. Ante todo, Dani y yo. Juntos pasamos la Nochebuena. En teoría Dani llegaba a las 18.30 de la tarde y preparaba el cordero al horno, pero todo se torció por un olvido. Al llegar a la estación de Birmingham, Dani se dio cuenta de que llevaba las llaves de un armario donde guardan la metadona en la farmacia en el bolsillo. Unas llaves que sus compañeros necesitarían el día 26. Día que Dani no trabajaba y que tampoco había ni un solo tren circulando (los contras de las privatizaciones). Así que la solución era volver al trabajo, dejar las llaves a una compañera y volver de nuevo a casa. Dos trenes más, tres horas más de trayecto. No había otra opción: una servidora se puso manos a la obra. Siguiendo todos los pasos de la receta que nos mandó mi maestra, mi querida Carmen (no me gusta la palabra suegra), me salió una pata de cordero al horno muy rica. Con el máster en cordero al horno bajo el brazo, ahora es el momento de enfrentarme a los arroces... pero todo a su tiempo. Sobre las 11 de la noche, Dani y yo, la familia Ohana, empezaba con su cena especial de Nochebuena, regada con un vino español que compramos en el Tesco por 6 pounds. Y después, ¡los regalos! Dani me regaló un mp3 y unas cascos molones que me quedarán genial cuando vuelva a ir en bici. Y sobre todo, que me permitirán recuperar esos momentos "estoy escuchando música, que no me molesten" que tanto tiempo hacía que no disfrutaba. Yo le compré a Dani el polo de la selección de rugby de Inglaterra, unas zapatillas y paridas como una cosa que hace burbujas de jabón gigantes, un DVD de Hamilton (¡para practicar inglés!) y unos auriculares para el móvil.




El día de Navidad quedamos con Shahram para comer en casa de Wolfgang y Catherine. Nuestros amigos alemanes nos prepararon un menú exquisito. De primero, sopa de nata con puerros y jamón de york. So deliciuos! De segundo, medallones de solomillo de cerdo con verduras al horno y croquetas de patata, todo ello acompañado de una salsa noruega. ¡Hacía tiempo que no comía tan bien! Y de postre, helado de vainilla. El aperitivo lo pusimos nosotros: embutido ibérico con queso manchego patrocinado por nuestros padres y llegado a nuestra casa o por correo o en persona. Pasamos un día muy agradable. Después de la sobre mesa, a las 7 de la tarde, nos trasladamos a nuetro apartamento donde seguimos la charreta con más cerveza y algún whisky. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!


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