Llevo casi un mes y medio trabajando de niñera. Cuido de una niña de 7 años cuya madre es médico y tiene un horario muy sufrido, y en consecuencia, como el mío.
Empezaré hablando de los aspectos negativos. El orden y la limpieza escasean en su casa, donde un día me harté de andar sorteando la ropa, papeles, peines, libros, bolsas, zapatos, juguetes... que plagan el suelo. Al principio los esquivaba con exageración, pero visto que no funciona, que no les da vergüenza, ando pisándolo todo, como ellas. Los lunes por la mañana, la cocina es una radiografía de lo que habían comido durante todo el fin de semana. Mr Proper necesitaría todo un ejército de calvitos limpiadores para que su prueba del algodón finalmente funcionara en esa cocina.
Respecto a los aspectos positivos, la niña me enseña bastante inglés, es paciente conmigo, diría que supera a las dos profesoras que he tenido en la Brasshouse los últimos tres meses. Hacer los deberes con ella me ayuda a aprender vocabulario. Sin embargo hay veces que se cree demasiado lista. Pero eso la que escribe lo torea a la perfección. "Thank you my teacher", le digo con una humildad que le repatea. Para qué negarlo, hemos tenido momentos de tensión, hay días que nos llevamos mejor, y días que no nos hablamos mucho. Es una niña lista, educada, obediente cuando quiere, pero también perezosa, orgullosa y con cierta falta de atención. En el fondo, nos hemos cogido cariño.
El miércoles pasado les ayudaba a hacerse las maletas. Se marchaban a pasar las Navidades en Calcuta, su ciudad natal. ¿Qué maletas te puedes esperar de unas personas tan desordenadas? Todo hecho una bola, por supuesto, pero llenas de regalos. Era mi último día hasta después de Navidad y tenía muchas ganas de descansar de aquel trabajo que tanta autoestima me había robado. Y sin embargo, al final de todo, me enseñaron humanidad. A veces el orden es lo de menos cuando te centras en llevar regalos a tu familia, en recopilar todos los papeles necesarios para poder sacar a tu padre de un país tan pobre, en coger juguetes que tu hija ni echará en falta para regarlárselos a los niños de la calle.
Y entonces comprendí que del mismo modo que el orden y la limpieza son dos valores indispensables en mi vida cotidiana, en el mundo desarrollado en el que no me falta de nada y me puedo permitir el lujo de preocuparme por ducharme todos los días y doblar mi ropa, en los países subdesarrollados las personas tienen preocupaciones mayores como procurarse cada día algo que llevarse a la boca.
Feliz Navidad a las dos!
Nuestra nueva dirección en Birmingham da nombre al blog que abrimos para compartir con nuestra gente, y tod@s l@s que quieran, nuestra aventura de emigrar en busca de un futuro mejor. Nos llevaremos el inglés, trabajo pero sobre todo una experiencia que esperamos que sea inolvidable. Aquí os contaremos nuestras odiseas, nuestros viajes, nuestro día a día, con cagadas del pitisglish incluidas! Esperamos que paséis buenos ratos en 39 Cox Street NEWS. ¡Nos vemos en los bares!
lunes, 21 de diciembre de 2009
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Yo creo que me desesperaría un poco haciendo de babysitter... pero con la paciencia que tienes tú, la niña tiene que estar encantada!
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