El deseado mail que avanzaba en la entrada previa enviaba consigo un premio a la perseverancia. Después de unos cinco rechazos, conseguí el ¡congratulations message! Rehice planes para volver el 3 de enero a Inglaterra, pero esta vez a Londres, donde estaré hasta finales de enero para cumplir mi deseada work experience.
El primer día se pasó volando con presentaciones, rutas por los puntos claves de este gran laberinto, contacto con los programas informáticos y consejos. El segundo día vimos cómo hacían la radio y canté un tema en la reunión pero no cuajó. Hoy he propuesto dos y creo que uno saldrá la semana que viene. Lo mejor que puedo llevarme de estas prácticas son artículos firmados así que ése es mi objetivo. Si bien me está costando encontrar temas que ocurran tan lejos de la redacción física. Me doy cuenta de cuan periodista local y de calle soy cuando mi cerebro tiene que reprogramarse para trabajar en un international newsroom. Pero todo llega. La gente que trabaja es realmente brillante, con décadas de experiencia a sus espaldas y cualidades que nunca aprenderás en la facultad. Otro punto positivo: aprender a subir las noticias a la web, así como de pequeños pero grandes detalles en cuanto a interactividad. Al fin y al cabo, si hay futuro, es este: Internet.
Mientras, estoy durmiendo en la habita libre que hay en la casa de Veri. Voy de Ealing Broadway a Holborn todos los días con la Central line, leyendo Metro a la ida y The Evening Standard a la vuelta. Me gusta esos ratos también. Y el paseo por King'sway hacia el Támesis no tiene precio. ¡Todo sea por un sueño!
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