Mi energía

Mi energía no sólo me carga las pilas. Me llena el alma. Incluso en la distancia. El camino en el interminable tren de LondonMidland a  Londres  (con replacement buses incluidos) se hace más ameno porque le estoy dedicando esta entrada a la persona más noble que he conocido nunca. Ella es especial, mejor dicho, es la especial. Entregada, protectora y detallista con los que más quiere, está sembrando tanta felicidad que es momento de intentar corresponderle con unas humildes palabras.

Recuerdo cuando le pidió papel higiénico a la mami en la madriguera. Estábamos en Guillotière, Lyon. Puedo revivir la inmensa alegría de la sorpresa y tranquilidad de saber que iba a compartir con ella y a apoyarme en ella los últimos y tristes días del año más feliz de mi vida.
Me viene a la cabeza  también cuando la acompañé a casa de Carlos a darle un abrazo a Bar. Mil kilómetros en autobús no eran en absoluto un impedimento para ESTAR AHÍ. Para mirar a Bar a los ojos, para acompañarle en el sentimiento, para sentarse junto a ella y compartir sus silencios.

También ella fue, junto con Bar, la directora del regalo más bonito que me han hecho en la vida. Una bomba cargada de cariño, ánimos, sonrisas e ilusción que se han incrustado en mi piel y sobre todo, mi cabecita. Me refiero al libro-vídeo del que os hablaba unas entradas más abajo.
Hace pocos días, se convirtió en la reina más mágica del mundo para Amparo, que ahora  no se olvidará nunca de las infinitas razones que existen para quererla.

El día a día a su lado es una lotería de risas y buenos momentos. No se me olvidará nunca el momento 'pisando fuerte', o las vísperas de Nochebuena cuando cumplíamos con nuestra 'tradición' de dormir en mi casa para ir al día siguiente a la pista de patinaje. Antes de eso ya habíamos disfrutado las excursiones en coche con mi padre, los domingos en Cheste o Montesol o los viajes de verano con la abue.

Más maduritas, llegaron las primeras salidas a la discoteca light de los viernes. Y de ahí el salto a las noches de Cullera. Las fiestas en Arensol o en el Van Dyck, las borracheras por la calle Barcelona y adyacentes, los ligues, las conversaciones de vuelta a casa... En la universidad compartimos inquietudes: ¡camareras unos días y viajeras otros! Y  entre curso y curso: ¡veranos en Cullera! Las tardes en la mesa, riéndonos de cualquier cosa, hasta de pobre gente (uno, dos, tres, cuatro, besito, besito, besito), las mañanas resaquientas en la tienda... las siestas en la playa, las noches interminables de fiesta, con tertulia incluida al llegar a casa al ritmo de la radio a todo volumen de tu papi. Luego llegó nuestro año Erasmus en Francia. De Paris a Lyon y de Lyon a Paris y tiro porque me toca. Nuestro final de carrera, nuestros '¿y ahora qué?', nuestros 'Ahora esto'.

Remy y Dani llegaron casi a la vez y con ellos la emancipación. La vida en pareja en nuestras respectivas casas, nuestros espacios con nuestras cosas. Ahora nuestros hogares están lejos uno del otro pero eso no impide que estemos tan unidas como siempre. Me ilusiona mucho la vida que tenemos todavía por delante juntas. Una se pone a pensar y la verdad, se imagina en el parque jugando con unos preciosos mini rebe y mini remy, que quizá también ya conozcan a sus primas Alba, Aina y África. Juntos formarán una nueva constelación, ;-D.

Estoy hablando, como podréis imaginar, de Rebeca. Rebe, desde este modesto blog no quiero decirte nada nuevo. Porque no lo hay. Simplemente me apetecía plasmar lo gran persona que eres y lo hondamente agradecida que estoy por que seas mi prima, mi energía, mi estrella. Gracias de corazón por la bondad, el amor y la simpatía que te inundan y que compartes con generosidad con todos los que tenemos la inmensa suerte de contar contigo en nuetras vidas.

Tu loli.