martes, 9 de agosto de 2011

"Es como si fuera a haber una guerra"

El carrito de los helados se escucha hoy con dificultad en Birmingham entre sirenas de policía y helicópteros.
La peor oleada de protestas de los últimos 25 años que Londres está sufriendo estos días se extendió ayer al centro de la segunda capital inglesa. Tras los disturbios racistas registrados en el verano de 2009, la escena se repite. La razón oficial: el asesinato de un joven por parte de la policía de Londres el jueves pasado. La sensación en la calle: un sinsentido con el que no conseguirán nada.

Las principales calles comerciales del centro de Birmingham (New Street, High St y Corporation St) amanecían esta mañana entre más curiosos que clientes. Los vecinos no se resistían a tomar fotografías de los numerosos destrozos causados en las tiendas. Las menos afortunadas, completamente saqueadas; la mayoría de las afectadas, con los cristales de los escaparates rotos y el interior destrozado; y las más afortunadas, sólo con la fachada dañada.

New Street parecía la Rambla de Barcelona: llena de gente haciendo fotos a todas partes. Los comerciantes y trabajadores afectados han tenido que limpiar todos los destrozos y atender a los clientes como han podido.

En EAT, la tienda de comida rápida donde trabajo, la puerta de cristal estaba hecha añicos. Toda la fachada es de cristal así que, como muchos de los otros comercios han hecho, se han colocado tablones de madera para proteger los cristales ante el temor de nuevos disturbios esta tarde-noche. Tal como se apreciaba en la grabación de la cámara de seguridad, varios jóvenes habían tirado las bebidas al suelo y se habían llevado los cajones vacíos de las cajas registradoras. Destrozar por destrozar. El colmo de la sinrazón.

Los ingleses emanan indignación y ganas de combatir este afán de vandalismo con sensatez y compromiso. A primera hora de esta mañana un centenar de personas ha acudido espontánea y voluntariamente a ayudar en las tareas de limpieza de las calles del centro de Birmingham. Se trata de la comunidad Riot Clean Up.

Hoy hemos cerrado tres horas antes de la hora habitual, a las 15h, debido a la alta presencia policial en la calle y ante el temor de una nueva avalancha de vandalismo. Otras tiendas de la zona y del centro comercial Bullring, en el corazón de central Birmingham, estaban tomando las mismas medidas y aconsejaba cerrar a las 17h en lugar de las 20h. De camino a casa se notaba que la gente salía antes de trabajar y lo hacía en grupos. El consejo generalizado: "Go home".

Estoy parada en un semáforo y observando atónita cómo efectivamente todo el mundo, igual que mis compañeros y yo, ha acortado su jornada laboral para resguardarse en casa lo antes posible. "Todo el mundo se va a casa", le comentó al de mi lado antes de que se ponga verde. "Sí, es como si fuera a haber una guerra", me contesta sin salir del asombro.

Ahora a esperar a ver qué pasa esta tarde: ¿será mañana otra jornada laboral al antojo de unos jóvenes gamberros o conseguirá la policía reducir los saqueos?

2 comentarios:

  1. es terrible!la verdad es k lo k se ve x la tele da miedo.espero k esto se akbe pronto y k podais volver a la normalidad lo antes posible.mua'

    ResponderEliminar
  2. gracias laura, lo que más impotencia me da es la estupidez de los jóvenes protagonistas de estos saqueos. no me entra en la cabez su lógica!!!

    ResponderEliminar