miércoles, 21 de diciembre de 2011

Edimburgo, la ciudad medieval de los rascacielos

La capital escocesa era una de esas joyas que teníamos pendientes de visitar. Hace un mes más o menos hicimos un 'tick' en nuestra lista de destinos, en la casilla de Edimburgo. Fuimos en tren con Crosscountry, que salía más barato y era una hora más de viaje en total, lo cual compensa de sobra con las vistas del countryside. Nos alojamos en el hotel Ailsa Graig, muy recomentable, a los pies de la Calton Hill. Con tres afortunadísimos días de cielo azul brillante tuvimos más que suficiente para centrarnos en la ciudad. Las Highlands las dejaremos para la próxima vez.

Dani en los vaults del South Bridge
El primer día visitamos las bodegas -vaults en inglés- que hay bajo el South Bridge, uno de los cinco puentes que contruyeron en Edimburgo para salvar los desniveles provocados por las montañas que la rodean. Estos espacios se crearon en su día para recuperar la inversión destinada a la construcción del puente. Acompañados por un guía, bajamos como dos pisos hasta llegar a las cámaras donde hace dos siglos vivían los locales con menos recursos en condiciones horribles. Un lugar de piedra, sin luz, sin ventilación, con humedad, suciedad y el humo de las cocinas de las viviendas y los bares, que también los había. Un barrio bajo tierra que empezó a ser frecuenctado por los ladrones de cuerpos.A través de un pasadizo que todavía existe y que comunica con la Escuela de Medicina, les llevaban los cadáveres que encontraban de gente que había muerto en los vaults a los profesores, que en aquella época cobraban por cada alumno que tenían. Los ladrones de cuerpos derivaron en los dos conocidos asesinos Hare y Burke, cuya historia podéis leer en wikipedia.


Una close que cruza la Royal Mile
Edimburgo es una ciudad que por su ubicación en un valle rodeado de montañas (glaciares hace muchííííísimos años) y por miedo a la expansión geográfica más allá de su muralla, creció en vertical. De ahí los edificios antiguos pero altos de estilo medieval que no había visto nunca antes en ningún otro sitio. Una maravilla para la vista, por cierto. Y la guinda del pastel: el mar de fondo.


Esta peculiaridad explica
las numerosas closes -calles estrechas, simplemente- que cruzan la Royal Mile. Eran tan estrechas, que los vecinos podían darse la mano de ventana a ventana. Y bajo los adoquines de la que fuera la arteria económica y social de Edimburgo, permance Mary King's Close, la calle que da acceso a un barrio subterráneo en el que se repite la historia de los vaults. De nuevo en la Edimburgo subterránea, hace más frío que arriba, porque el de abajo se te cala en los huesos. Huele a una mezcla de cerrado, viejo, tierra y humedad. Pero se siente aún peor cuando te cuentan las historias de las personas que vivían hacinadas sin ver un rayo de sol, sin respirar aire fresco, luchando contra la peste y llorando a los seres queridos


Mary King's Close
que les morían en sus brazos. Son muchas las leyendas que se mantienen viva la historia de estas calles bajo tierra. Entre las que destaca la de la niña Annie, enferma de la peste y abandonada por su madre para que no contagiara a sus hermanos, que ha sido vista desconsolada. Desde entonces, muchos visitantes dejan muñecas para la pequeña en la habitación donde dicen que se apareció. Este vídeo explica su historia.

Uno de esos lugares donde se escuchaba el aviso 'gardez l'eau' antes de tirar 'de la cadena' en la calle. Expresión en francés que significa 'cuidado con el agua' y de la que ha derivado la palabra inglesa loo, que significa aseo y suena como los ingleses pronunciaban la francesa eau.

Mary King's Close era un barrio donde vivían pobres, comerciantes y hasta médicos o abogados. Hacia 1750, en casi ruinas y sobrepoblado, se cubrió con la construcción del 'Royal Exchange' un edificio institucional destinado a los intercambios comerciales que hasta el momento se escenificaban en plena calle. Pero a los comerciantes no les gustó mucho y continuaron con sus tradicionales puestos en la Royal Mile. Hoy en día se llama 'City Chambers'.

Edimburgo es una ciudad que hay que pasear por arriba y por abajo. Os invito a ver este documental sobre su apasionante historia.

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