Visita de Gemma, Carlos y Alicia: ¡Familia!

Por fin al otro lado de la pantalla del ordenador. En versión palpable, abrazable y besable. Por fin unos días con la familia y con la pequeña Alicia. 6 días para disfrutar de su compañía, la que tanto se añora cuando estás fueras y no puedes verlos siempre que quieres.
Gemma, Carlos y Alicia aterrizaron en la Venecia inglesa el 12 de octubre. Con 9 meses, Alicia salía de su tercer vuelo. Dani les esperaba en el aeropuerto, momento que me perdí por el trabajo.
El primer día lo pasaron paseando por Birmingham, ciudad que les gustó mucho. La obligada visita a Londres fue el día siguiente, un maratón turístico por La City en el que Alicia cumplió como una señorita.
El jueves lo dedicaron a ir de compras por el Bullring, sin dejar escapar la meca del shopping: el Primark. A las 17.15 ya era toda suya, una semana más de colegio fuera y empezaba mi fin de semana con ellos. Esa noche nos quedamos más rato de charreta, un momento de los que más extrañas estando lejos.
El viernes nos fuimos a Stratford-upon-Avon, el pueblo natal de Skakespeare. Obligado paso para conocer al auténtica, vieja y elegante Inglaterra. Vimos las propiedades de la familia Shakespeare, la Holy Trinity Church, donde el escritor fue bautizado y enterrado, y el río Avon, custodiado por un bucólico parque perfecto para hacer fotografías 'románticas'.
Ya en casa, llegaba la hora del baño de Alicia. Momento que no me perdía, sobre todo cuando la envolvían en su toallita y ella enseñaba sus dos dientes de abajo... la criatura rebosa simpatía, se acopla a todo, no se quejó casi nada... un encanto que me tiene enamorada. Igual que a todos.
Por la mañana aparecía ella recién despertada pero ya arreglada por sus papis, gateando por nuestra habitación. Te veía y te sonreía. ¡Qué dulcura! A mí eso ya me alegraba para todo el día.
El sábado fuimos a Warwick Castle, una maravilla que vale mucho la pena visitar por el paisaje y los interiores del castillo. Además el pueblo es del mismo estilo que Stratford así que es un placer pasear por sus calles. Esa noche Dani saldó su cuenta pendiente con los nooddles con salsa de soja. ¡Deliciosos!
El domingo Dani voló con ellos para empezar su segunda semana de vacaciones, esta vez en Valencia.
Despedirme me dio pena pero no más que la alegría que me debajan de haber pasado unos días tan felices todos juntos. Fuerza al fin y al cabo para seguir adelante.
¡Gracias por haber venido, nos vemos en diciembre!