Las 4 espartanas en Birmingham

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han pasado unos siete años (diría yo). Las cuatro espartanas juntas por primera vez para hacer un viaje. El destino: Birmingham, Londres y Chester (UK). Rebe y Marina se compraron los vuelos para volver conmigo después de unos días en Valencia previos a las Fallas. Con escuchar la mascletà me quedo más que satisfecha. ¡Sorpresa! Ali se une a última hora. Els diners i el collons, per a les ocasions. Salimos de Valencia en el coche de Marina con destino El Altet. Dejamos su Clio en el aparcamiento de enfrente, furgoneta y al aeropuerto. De nuevo en la isla nublada, una intensa niebla nos da la bienvenida. Al llegar a Birmingham, pero sin alcanzar ni siquiera la calle, directas al Poundland. Marina descubre una de las tiendas que más triunfan entre las visitas. Rebe y Ali recuerdan la de cosas que puedes comprar por una libra sin evitar el shopping spree. Comemos en casa y mientras Marina, Ali y Rebe ven el video que me dedicaron, hago unas gestiones del paro por teléfono. ¡Y a pasear! Esa tarde dio para cumplir con la tradición y ya casi obligado paso por el toro y para tomarnos unas pintas, Ali y yo de lager, Marina y Rebe de sider, en el teatro (The old joint stock).

El jueves madrugamos de nuevo para coger el megabus a Londres de las 6.15. Sobadita y parada estratégica en el Starbucks. Con el café y los dos muffins en el cuerpo, ya estamos listas para un día de pateo. Buckingham, St Jame's Park, Westminister (¡se une Vera!), Trafalgar Sq (Ali y Rebe se suben al un león), Leicester and Piccadilly Sq, Soho, Covent Garden (quedamos con Javi Semelé para comer), Saint Paul's Cathedral (parada para ver 5min a Carlos y Aurora que estaba en el London Museum con la mami de Aurori), Tower Bridge y Camden Town. Antes de volver a Victoria, nos tomamos unas pintas a la salud de Saint Patrick, patrón irlandés. A la felizmente radiante Vera le hicimos la despedida que se merecía: aclamaciones que dejaron a Veri roja como un tomate y carrera de Rebe junto al metro segundos después de que continuara hacia Notting Hill.

El viernes paseamos por los canales. Mientras acudía a una entrevista de trabajo para ser Exam Invigilator, Rebe, Marina y Ali se fueron al Primark. Por la tarde volvimos juntas y compramos las provisiones para noche, entre las cuales, por supuesto, se encontraba una botella de ron. Los cubatas en vasos de pinta fueron cayendo al ritmo de remember de los 90's, de Rocío de Jurado (Como yo te amo...) o de las canciones que nos gustaría escuchar en nuestras bodas en el caso de que algún día las celebremos. De momento, mucho hablar y soñar lejos de estabilizarse o tener el futuro claro. Aunque... quizá sea más emocionante así. Me quedé con las ganas de enseñarles a Rebe y a Marina la sala de los 80's de Risa, que los viernes resulta que está cerrada. Aunque la disco estaba quiet, pasamos un buen rato.

El sábado de nuevo en pie para ir a Chester, el pueblo donde vive la prima de Barbi. Las recomendaciones de su madre no fallaron: es una localidad preciosa que visitar, y más si el tiempo acompaña: 'qué temperatura más buena nos está haciendo'. Nuestro recorrido incluyó el Grosvenor Park (donde conocimos la flora 'y fauna' del lugar), St John's Church y sus ruinas, The Roman Amphitheatre, The Castle, The Racecourse más viejo de Inglaterra, las City Walls romanas más completas de Gran Bretaña, las calles de tiendas flanquedas por casas de 700 años de antigüedad y la Cathedral. Comimos en The Temple Bar. El 'ansia viva, que no la urgatoria' nos llevó a pedir una tarta de brownie y helado con natillas por encima. Espectacular. Antes de salir: atasco en el lavabo. Pero no en el toilet, sino en la machine que dispensaba juguetitos con los que gastar bromas y luego pasar vergüenza cuando la moneda se queda atascada. Y si no hay moneda, no hay masturbador. Las risas de explicarle lo que pasó a la camarera presiguieron al chafón de haber perdido 2 libras.

¡Qué pena! ya se iban mis niñas. Mis amigas. ¡Mis mejores amigas! De vuelta en casa se acercaba la hora de dormir. No me gusta cuando los invitados se van temprano de madrugada. Bajo, les acompaño al taxi, me vuelvo a acostar, sigo durmiendo y a la mañana siguiente ya no están. Como si hubiera sido un sueño. Como si Rebe, Ali y Marina vivieran en Birmingham y las pudiera ver todas las semanas, desahogarme, reírme y simplemente estar con ellas siempre que quisiéramos. Con su visita me he sentido llena, protegida, feliz y taaaaaaaaaaaan agusto... He pasado unos días melancólica, recordando lo bien que se vive con tus amigas cerca. Ahora toca keep up walking. Porque la actitud nos hace fuertes y en menos de lo que creemos todas nuestras ilusiones se verán cumplidas. Y estaremos ahí para vivirlo juntas.

Espartanas, 'es tan lindo saber que existen'... Os quiero mucho.