viernes, 15 de abril de 2011

El carburante chino

Como muchas veces, veo Los desayunos de TVE mientras como. Hoy hablan del viaje de Zapatero a China en busca de inversores. Señalan los tertulianos, entre los que se encuentra Arsenio Escolar, el director de 20 minutos, la discreta mención del todavía presidente de España a los derechos humanos en las relaciones laborales de China. Uno de los pocos países que actualmente tiene dinero porque su ecnonomía funciona, y crece, a 'su' manera. El éxito reside, entre otras cosas también, a la aceptación de los trabajores de jornadas interminables a suelos irrisorios. Con esta forma de trabajar, China conseguirá un resultado inmediato: ser el motor de la economía del siglo XXI.

Escuchando la tertulia de esta mañana me ha venido a la cabeza la 'oportunidad' que rechacé el otro día en un puesto de caramelos en el Bullring, el centro comercial más importante de Birmingham. Allí me ofrecieron un trabajo vendiendo chucherías. 5 pounds la hora y sin contrato. Acepto. Creo que es bueno trabajar tres mañanas a la semana, sacarme un dinerito, keep me busy y practicar inglés. Voy a hacer la prueba de dos horas. "Tienes buena actitud. Puedes quedarte". Estupendo, pienso. "Ah, por cierto, se me olvidó decirte que el jefe quiere que los nuevos cobren 4.5 libras la hora". Con una tranquilidad pasmosa, contesto: "Entonces no quiero el trabajo, buscaré otra cosa. Gracias".

Ese negocio lo lleva un estudiante chino que no contrata a sus trabajadores, a los que además retiene el suelo de las primeras cinco horas a modo de depósito por si rompen algo de la tienda en el desarrollo de sus funciones. Y además, no entrega un polo limpio y nuevo a cada trabajador, sino que el uniforme lo comparten el empleado del turno de la mañana y el de la tarde. Imagino que condiciones similares son las que están carburando el motor económico en China.

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